13.3.10

La maleta es un bolsillo

En un puño cabía todo lo que necesitábamos en aquel momento. Todo lo que poseíamos. Todo lo que no llevábamos ya puesto. Así podíamos salir en cualquier momento sin dejar nada atrás. No os preocupéis, muchachos, por la maleta. Un bolsillo. Con eso basta. El tabaco, dos billetes y las llaves de nada. Y correr. Si te dejas atrapar por los objetos y las personas nunca serás libre. Lo aprendimos. Lo entendimos. Corta las sogas que te unen. Despídete de la familia. Que no te atrape esa chica. Y no poseas nada que no pudieras ver arder tranquilamente en un incendio desde la acera de enfrente. Si no estarás atado a los recuerdos y los presentes. No nos lo podemos permitir. No. Si queremos llegar donde necesitamos ir sólo podemos hacerlo sin anclas, habiendo soltado todos los lastres, sin grilletes en los tobillos. No es sencillo. Abre la mano y mira lo que cabe dentro. Más allá de ahí cualquier cosa que añadas te hará ir más despacio. Cuanto más tengas más tardarás en salir. Cuanto más tardes en salir significará que nunca lo harás. Ponte el sombrero. Guarda tu mundo en un bolsillo. Y entonces echa a correr.

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