20.2.11

¿Tienes miedo? Todos lo tenemos.

¿Ves aquel grupo? ¿Son muchos más que nosotros, verdad? Yo diría que el doble. ¿Tienes miedo? Puedes tenerlo. No temas decirlo. Yo también lo tengo. Son más y lo sabemos y lo saben. Son demasiados. Quizás. No lo sabremos hasta que no llegue el momento. No es la primera vez que estamos en una situación así. Míranos. ¿Nos ves? Estos somos nosotros. Pocos. Pero nosotros. Iremos y pelearemos, como siempre, como si fuese la última vez de nuestras vidas. Tal vez lo sea. Sólo así podremos volver aquí después y tomar una cerveza y reír y seguir adelante. Míralos a ellos. ¿Los ves? Mírales las caras. ¿Te has fijado? Son muchos más, pero también tienen miedo. Saben quiénes son. Saben quiénes son los hombres que les rodean. También saben quiénes somos nosotros. Nos conocen. Fíjate bien, muchacho. Lo importante no es ser muchos. Lo importante es saber que los pocos que están a tu lado lo estarán hasta el final, pase lo que pase. Yo sé que nosotros lo estaremos. Míranos. Si uno salta el resto saltaremos. Somos hermanos. Ahora míralos a ellos. Ninguno sería capaz de apostar nada por el amigo que tiene junto a él. ¿Tienes miedo ahora? Dilo. No importa. Puedes tenerlo. Todos lo tenemos.

10.2.11

Si mañana no estuviera tan lejos

Dejaron de escuchar el eco de sus pasos. Y se sentaron en un peldaño en la escalera de la iglesia abandonada. Dios tampoco había pasado por allí. Encendieron dos pitillos y tiraron la cajetilla vacía tan lejos como se puede lanzar una caja vacía. Cayó a dos metros. Y rieron. Escandalosamente contra el polvo. Ellos mismos. Trataban de huir y no habían avanzado aún. Si hoy no fuese esta autopista que no termina. Si el mañana no durase tanto tiempo. Y ahora, allí, nada más de lo que había. Llegaremos, le dijo, mirando a la delgada línea que separa los dominios del Señor. Expulsando el humo hacia el cielo. No lo sé, le respondió, mientras escupía su bocanada por una esquina de la boca, el hueco de un diente que se perdió en una calle, una noche, un golpe después. Si solo supiera que mi amor verdadero la seguirá esperando. Sólo podemos seguir. Aquí no queda nadie. Aquí tampoco encontraremos respuestas. Busquemos un lugar tranquilo donde podamos echarnos algún día a dormir por fin.

1.2.11

Estamos rodeados de perdedores

Chica, las cosas son así. No me lo digas. No me mires de esa manera. Sabes que me pongo nervioso. Te lo he dicho. Vístete, ponte guapa. Te sacaré a bailar. No puedo ofrecerte nada más. Sólo esto que ves. Poco, lo sé. Siempre soñaste con más. Pero te engañaron quienes te dijeron que podrías tenerlo. Aquello eran sólo palabras. Yo no te miento. No tengo nada más allá de mis manos. Pero te prometo que te acariciaré como si fuese la primera vez que nos vemos. Y que te haré el amor como si fuese la última noche de nuestras vidas. Estamos aquí. Esto es todo lo que hay. No busques más. No te lamentes. Ni lo intentes. Nadie escuchará esos lamentos. Tampoco nadie escucha tus plegarias. Tú y yo. Esta noche seremos libres. Romperemos todos los juramentos. Veo en tus ojos los fantasmas de aquellos hombres a los que dijiste que no. Olvídalo. Ya pasó. Es aquí y ahora. Mañana no importa. Mañana no existe. Nosotros no lo tenemos. Vamos. Ahora. Ven. Maquíllate. Olvidemos quienes somos. Rompamos con todo. Estamos rodeado de perdedores. Pero saldremos adelante. Vamos, chica. Bésame.