10.2.11

Si mañana no estuviera tan lejos

Dejaron de escuchar el eco de sus pasos. Y se sentaron en un peldaño en la escalera de la iglesia abandonada. Dios tampoco había pasado por allí. Encendieron dos pitillos y tiraron la cajetilla vacía tan lejos como se puede lanzar una caja vacía. Cayó a dos metros. Y rieron. Escandalosamente contra el polvo. Ellos mismos. Trataban de huir y no habían avanzado aún. Si hoy no fuese esta autopista que no termina. Si el mañana no durase tanto tiempo. Y ahora, allí, nada más de lo que había. Llegaremos, le dijo, mirando a la delgada línea que separa los dominios del Señor. Expulsando el humo hacia el cielo. No lo sé, le respondió, mientras escupía su bocanada por una esquina de la boca, el hueco de un diente que se perdió en una calle, una noche, un golpe después. Si solo supiera que mi amor verdadero la seguirá esperando. Sólo podemos seguir. Aquí no queda nadie. Aquí tampoco encontraremos respuestas. Busquemos un lugar tranquilo donde podamos echarnos algún día a dormir por fin.

2 comentarios:

Nuria Cortés dijo...

Como siempre, un gusto.

David López Canales dijo...

ey, gracias Nuria. como siempre, gracias por la visita!