19.5.13

Uno junto a otro


Caminábamos uno junto a otro, desplegados ocupando la calle. Como si avanzara lentamente la infantería hacia una muerte segura pero valiente. Pasos firmes y la mirada clavada en el mañana. Sin hablarnos. Extendiéndonos el paquete de cigarrillos y el mechero de gasolina. Escupiendo el humo al frente. Dejando detrás la nube del tabaco y un puñado de vidas, las nuestras, aguardando el regreso. No importaban los coches. No importaban los vecinos que se asomaban a mirar por las ventas. Ni las señoras que asentían a nuestro paso, las que nos conocen desde que éramos niños, cuando aprendimos a andar siempre juntos, nadie delante. Por supuesto, tampoco detrás. Atravesábamos la ciudad, nuestra ciudad, la que nos tocó en el reparto. Compartiendo aquella tarde antes de que las nubes que venían en dirección contraria nos alcanzasen.