28.6.10

Olvidad que fuisteis felices

Lo fuimos. Sí. No hace tanto tiempo. Ahí fuera, como ellos. Ahora los miras. El futuro era mañana. El pasado diez minutos atrás. Los relojes los llevaban tus padres cortándoles la circulación de las muñecas. Después supimos que no fue la única parte del cuerpo. Ahí estábamos. En la calle. Siempre en la calle. Buscando los rincones donde las calles dejan de ser calles. La oscuridad que te esconde. La protección frente a las madres que se asomaban a las ventanas para chillarnos. Lo fuimos. No pasó tanto tiempo. Aquella sí era vida. Los muchachos, a veces, lo recordaban. Absurdo, les decía, dejaros atrapar por el fantasma de los recuerdos. Atados a ellos no avanzaréis. La gente que recuerda no tiene mañana. Pero no les importaba. Cada vez que algún niño jugaba ahí fuera salían al umbral y lo veían. ¿Recuerdas?, se decían unos a otros. En aquella época nada nos asustaba que fuese real. Ahora todo lo que de verdad nos asusta sabemos que es real. No lo penséis, dejadlo, no tiene sentido. Perdéis el tiempo recordando. Soltad lastre. Olvidaos ya que fuisteis sólo niños, ni siquiera hombres. Olvidaos de que este mundo no siempre fue una amenaza. Olvidaos de que fuisteis felices.

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