18.5.10

Arde Valhalla

Mujer, ¿sabes? Soñé que ya llegaba.
Tenía miedo. No debería. Pero soñé que luchaba en un prado
Y que me atravesaba una espada
Y yo caía con los ojos en los nubes,
sin soltar mi empuñadora,
pero entonces tenía miedo.
Mujer, ¿sabes? No se lo cuentes a nadie
He pasado miedo y sólo ha sido un sueño.
He visto muchos hombres morir allí en los campos
y algunos juraría que tenían el miedo en los ojos.
Mujer, ¿sabes? Cualquier día, ya soy viejo, llegarán espadas más rápidas que la mía
y entonces seré yo quien se recueste en la hierba y mire al sol a los ojos.
Sé que los otros están allí. Ya cruzaron las puertas. Ya celebraron su banquete.
Sé que allí seremos felices porque nos lo prometieron.
Después de tantos años de guerra sólo nos queda ser felices.
Pero, ¿sabes, mujer? Ahora mientras dormía he despertado de golpe pensando
que todo aquello que creía no era más que un cuento de mercader,
otra historia traída del sur,
y que cuando me llegue el momento
encontraré las puertas del Valhalla cerradas y un cartel
que dirá que aquello nunca estuvo abierto.
¿Qué haré entonces, mujer? ¿Volver?
¿Sabes, mujer? Mejor no se lo cuentes a nadie.
Dejaremos que lo descubran ellos mismos.

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