12.11.10

Cielo blanco

Saca las manos de los bolsillos y muéstramelas. Las palmas abiertas hacia mí. Mira arriba. Hoy el cielo es blanco. Te lo mostró aquella chica. Lo señaló con el índice. Con las uñas pintadas de colores. Con brillo al fondo de los ojos. Sabes que te hizo sonreír en el rincón del alma donde nunca da la luz. Después saltó a otro tema. Así, de repente. No intentes entenderlo. Muéstrame las manos. La cicatriz del dorso. Aquella rueda. Sí, lo sé. Ahora extiéndela y coge la mía. ¿Lo ves? No estás sólo salvo cuando crees que estás solo. No lo estás. Repítetelo. Vamos. Otra vez. Pelea, muchacho. Inventa tú realidad. Rompe el espejo. Golpea los talones de tus zapatos y grita: quiero estar lejos de casa, quiero estar lejos de casa. De ti depende. Sólo de ti. No esperes a que el cielo cambie de color.

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