20.9.07

Rutinas

Es difícil volver a las rutinas cuando uno ha intentado por todos los medios aniquilarlas. Las rutinas son las que acabaron con todos aquellos hombres buenos del barrio. Salían de casa al amanecer y volvían derrotados al anochecer con el cuello de la camisa sucia. En casa les esperaba la misma rutina de una familia que no llega, de un niño que necesita, de una mujer que reclama, de una vida que se apaga. Lo vi durante años y supe que era la rutina la que iba royendo la piel de aquellos hombres. Incluso los que acabaron en los bares y mandaron todo al infierno para huir de la maldita rutina terminaron en otro círculo de rutina. Aquella era la prostituta que todos maldecían. Como lo viví de cerca, porque una abrazó pronto a mi padre y no lo soltó hasta que dejó de respirar, siempre corrí para que no alcanzase. Pero ahora vuelvo. E intento acercarme de nuevo a los muchachos. Y quiero la rutina que no me haga un extraño para ellos. Sé que ha pasado tiempo. Ellos lo saben. Y todos saben que cuando la rutina vuelva a rozarme, volveré a echar a correr. No preguntes. Así es. Así será.

No hay comentarios: