9.12.05

Una larga ausencia

Una larga ausencia. Lo sé. El médico me obligó. Pero he vuelto. Esta misma mañana he salido de la clínica de desintoxicación con un diploma y tres gramos de cocaína en el tacón de mi bota. He sacudido el polvo del ala de mi sombrero y he regresado al bar. Todos seguían allí. Mis muchachos, intactos, contando las mismas historias. Cuando me han visto aparecer me han hecho hueco, donde antes me sentaba, y han seguido contando historias. Todo vuelve a ser lo mismo. El médico me dijo que era eso o morir. Accedí. La orden del juez me convenció definitivamente. Casi dos meses después, estoy curado. Eso dice el diploma. Me dejaron salir y los guardias me dijeron hasta pronto. Pero yo sé que no será así. No me volverán a ver por allí. Uno de los muchachos tiene cosido un navajazo en un costado. Lo sé porque le he visto los puntos cuando se ha estirado bostezando. Pero no pregunto. Esa historia ya la debió contar cuando yo no estaba. Ahora están contando otras. No es momento para volver al pasado.

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