Nos juntamos alrededor de la mesa.
Desdoblamos el mapa como se desnuda a una mujer que se ama. Y lo
desplegamos sobre el tablero. Lo miramos sin decir nada. Aquellos
lugares. Aquellas líneas trazadas. Acariciamos los países y las
ciudades. Pronunciamos en silencio sus nombres. Durante minutos.
Después alzamos lentamente la vista hasta nosotros. Unos a otros.
Nos fijamos en nuestros ojos reflejados en los otros. Los muchachos y
yo. Volvemos a fijar la mirada. Todos ahora en el mismo punto. Al
otro lado de los oceános. En otra esquina de todo. Ese lugar. Y
extiendo el brazo hasta acercarme. Con la mano sobrevolando el mundo.
Hasta que poso mi índice sobre el punto negro bajo el nombre. Aquí,
les digo. Y todos asentimos.
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2 comentarios:
Mucha suerte, D. Toda la que seguro te mereces.
si es por merecerla, poca, poca, supongo... gracias Marta (G.) V!
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