28.12.09

Y ahora, ¿qué?

La próxima vez que me busques y no quieras que lo sepa no preguntes por mí. Quizás pensarías que nadie me lo iba a decir. Pero tampoco tenemos tantas novedades por aquí como para olvidar ésta. Sí, ahora ya sabes que me lo dijeron. No, por supuesto que no te diré quién fue. Tú te equivocaste. Tenías prisa. No sabes hacer las cosas. Nunca supiste. Por eso ahora estás aquí, bajo mi bota. No llores. No gimotees. Odio a los hombres que gimotean. Asume que lo hiciste mal. Quizás no tengas tiempo ya para aprender. Ahora te arrepientes, ¿verdad? ¿Pensaste que podrías venir hasta aquí y que alguien te diría dónde encontrarme? ¿Creíste que sería tan sencillo? Me das lástima. Te veo como un pobre animal atropellado. Siento necesidad de acabar con tu sufrimiento. Sí, como lo oyes. Un tiro de gracia y adiós. No volverá s sufrir más. ¿No sabes quién soy? Entonces sabrás que puedo hacerlo. ¿Por qué viniste hasta aquí? ¿Estabas tan desesperado? Tengo tu cuello bajo el tacón de mi bota y con un par de golpes puedo terminar esto. ¿Quieres cambiarme el sitio? No importa. Se te ve en los ojos que no sabrías que hacer. Lo sé. Te veo gimotear y me doy cuenta. ¿Por qué has venido a buscarme? Ya me has encontrado. Vamos. Y ahora, ¿qué?

No hay comentarios: